Un, dos, tres: ¡Al agua otra vez!

Un, dos, tres: ¡Al agua otra vez!

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MAMÍFEROS QUE BUCEAN

 

Nadie puede negar que los mamíferos marinos sean criaturas increíbles. Sin embargo, es difícil imaginar a un animal con pulmones viviendo en el mar. Si quieres saber cómo lo hacen sigue leyendo.

Bucear supone dos inconvenientes: la falta de oxígeno y el aumento de la presión atmosférica. A menudo se considera que el único problema de estos animales es el no poder respirar mientras bucean, sin embargo las altas presiones también son un factor considerable (ya que por cada 10 metros de profundidad la presión aumenta una atmósfera).

Para compensar el no poder respirar constantemente, deben poseer una hemoglobina muy efectiva que capte la mayor cantidad de oxígeno posible en las inspiraciones previas a la inmersión. Además, se ha comprobado que las especies capaces de bucear durante un tiempo prolongado tienen un volumen sanguíneo mayor que las que no. Esto tiene sentido si nos paramos a pensarlo: a más cantidad de sangre más cantidad de hemoglobina y, por tanto, de oxígeno captado.  

Representación de la estructura de la hemoglobina.

 

Pero, ¿qué pasa con el aumento de presión atmosférica? Todos hemos oído hablar de la enfermedad de descompresión que pueden sufrir los buceadores inexpertos. Ésta consiste en que, debido a los cambios de presión, se forman burbujas de nitrógeno que se acumulan en los tejidos y vasos sanguíneos de las personas o, en este caso, de los animales buceadores. Estas burbujas pueden causar daños muy significativos, por lo que es necesario eliminarlas.

 

Los animales que practican buceos breves y poco profundos solucionan este problema haciendo una serie de paradas durante su ascenso. De este modo, las burbujas de nitrógeno tienden a desaparecer de forma natural. Sin embargo, los que realizan buceos muy largos y a gran profundidad (como la foca de Weddell), no necesitan realizar pausas ya que en estas especies no llegan a formarse burbujas debido a sus adaptaciones anatómicas. No obstante, todos los mamíferos marinos tienen una tolerancia mayor al nitrógeno que, por ejemplo, nosotros mismos. Por tanto, son capaces de soportar una mayor cantidad de este elemento en su organismo antes de que cause problemas.

 

Cría de foca de Weddell (Leptonychotes weddellii)

 

Ahora que sabes cómo se adaptan al buceo estos animales ¿no te parecen aún más asombrosos?

2 respuestas a Un, dos, tres: ¡Al agua otra vez!

20 de agosto del 2021

Interesante

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12 de mayo del 2021

Una explicación breve, pero muy puntualizada.
Éxito.

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