Los perros son animales muy activos e inquietos y esto provoca que tengan cierta tendencia a sufrir accidentes. En su mayoría no son graves y no tienen consecuencias importantes, pero algunas veces pueden conllevar daños significativos o incluso la muerte del animal.
En este artículo vamos a describir los accidentes más frecuentes y, lo que es más importante, cómo prevenirlos, para lo que comenzaremos hablando de los peligros que acechan a los perros dentro de nuestra propia casa.
Los principales productos tóxicos que hay en todas las viviendas son medicamentos, productos de limpieza como lejías y detergentes, algunas plantas ornamentales como la adelfa o el rododendro, ciertos alimentos como el chocolate o la cebolla y, los más peligrosos, los plaguicidas como matarratas o molusquicidas (matacaracoles).
La mejor prevención para evitar las intoxicaciones es guardar estos productos en armarios altos o cerrados con llave, y nunca administrar al perro un medicamento que no haya prescrito su veterinario, o un alimento que no estemos seguros que puede comer.
Generalmente, los perros que se electrocutan lo hacen porque han mordido algún cable. Las electrocuciones son muy graves y muchas veces acaban con la muerte del animal, no siempre de forma inmediata, sino que también puede ser durante los siguientes días como consecuencia de los daños producidos en los órganos internos.
Para evitar estos accidentes, debemos retirar cualquier juguete roto, no enseñar a nuestra mascota a jugar con piedras ni otros objetos, tener la basura con tapa y esconder los cables detrás de los muebles para evitar que los mordisqueen.
Ya fuera del hogar, existen otros muchos peligros para nuestros canes.
Nunca podemos olvidar que los perros siempre han de tener acceso al agua y a la sombra, y que no debemos dejarlos encerrados en espacios pequeños como coches o remolques. Estas sencillas indicaciones pueden salvar a nuestra mascota de la muerte.
También es posible que el perro se acerque demasiado, o que incluso llegue a lamer, una procesionaria, lo cual provocará inmediatamente una intensa reacción alérgica que comenzará a hinchar su cara y lengua, pudiendo incluso provocar la asfixia del perro. En este caso, para desactivar la toxina que la oruga produce, es muy importante lavar con agua caliente la zona que ha estado en contacto con ella, y acudir inmediatamente al veterinario para evitar males mayores.
Tras este resumen de los accidentes más comunes en perros, esperamos que ahora seas capaz de prevenirlos y que tu mascota viva feliz muchos años. Pero sobre todo, si la prevención no es suficiente y el accidente ocurre, lleva a tu perro al veterinario.